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Cruceros para mejorar las tarifas portuarias

Cruceros-tarifas

Los cruceros son cada vez más relevantes en el desarrollo portuario; por tanto, echar un vistazo a la fijación de precios puede ser perspicaz, escribe Peter de Langen.

En España, las tasas cobradas por las autoridades portuarias a los cruceros, expresadas por pasajero, varían de aproximadamente 1 € a 6 €, dependiendo del puerto y la capacidad del buque. Estos costes parecen por debajo de los costes de la infraestructura e instalaciones. A modo de comparación, los ingresos medios de la compañía aeroportuaria española (AENA) son más de € 9 por pasajero.

Reconozco que esta comparación no es igual por igual: las inversiones en infraestructuras aeroportuarias pueden ser mayores, pero el cambio es mucho más rápido. Por ejemplo, el tráfico del aeropuerto de Barcelona es de cerca de 40 millones de pasajeros, pero el puerto recibe alrededor de 2,4 millones de pasajeros de cruceros.

Independientemente de los niveles de costes, las tasas de los cruceros parecen estar muy por debajo del valor económico de la ubicación de la terminal de cruceros, a menudo muy cerca del centro de la ciudad. El valor de destinos turísticos atractivos como Barcelona es enorme y los puertos a menudo hacen hincapié en el impacto económico de sus escalas para la ciudad. Por el contrario, estos argumentos rara vez se escuchan en los aeropuertos, a pesar de que los pasajeros de cruceros gastan una gran parte de su dinero a bordo, mientras que los pasajeros de las aerolíneas gastan en hoteles y restaurantes.

Las tasas de los cruceros parecen no seguir los principios comerciales, sino una lógica propia del sector público, en el que la creación de valor para la ciudad es el centro. Esto está en línea con la posición institucional: mientras que AENA sale a bolsa, las autoridades portuarias españolas son propiedad del gobierno.

Este enfoque hacia la atracción de cruceros tiene un lado negativo, especialmente en regiones con fuerte competencia entre los puertos para atraer escalas de cruceros. Esto conduce a la ganancia privada y la pérdida pública: los ingresos de las escalas de cruceros no son, probablemente, lo suficiente grnades para recuperar las inversiones y, ciertamente, no en línea con el valor económico del puerto. Por ejemplo, en Andalucía, los puertos de Málaga, Algeciras, Huelva, Cádiz, Motril y Almería tienen como objetivo atraer a escalas de cruceros, lo que lleva a tasas portuarias muy bajas, que están en contraste con el valor de Andalucía como destino de cruceros.

Para el conjunto del Mediterráneo, la conclusión es la misma. El Mediterráneo es un mercado de cruceros muy popular con destinos turísticos incomparables como Venecia, Barcelona, Roma, Atenas, Estambul y Dubrovnik. Sin embargo, las compañías de cruceros pagan tasas portuarias muy bajas por estar a los alrededores de los centros urbanos. Esto es una consecuencia lógica de las estructuras de gobierno de los puertos en el Mediterráneo, pero uno tiene que preguntarse si este resultado es realmente de interés público.